Los Países Bajos ya cuenta con una de las políticas de inmigración más estrictas de Europa, pero bajo la presión de los partidos de derecha, Rutte llevaba meses intentando buscar maneras de reducir aún más el flujo de solicitantes de asilo. Las solicitudes de asilo en los Países Bajos se incrementaron en un tercio el año pasado a más de 46.000 y el gobierno ha proyectado que podrían aumentar a más de 70.000 este año, superando el nivel más alto de 2015.

El Primer Ministro de los Países Bajos Mark Rutte presentará la renuncia de su gabinete después de no poder llegar a un acuerdo sobre medidas para controlar la inmigración, según informó la agencia de noticias holandesa ANP el viernes.
La oficina de Rutte dijo que él celebraría una reunión de gabinete de emergencia, pero no confirmó el colapso de su cuarto gobierno de coalición. Un empuje por parte del partido conservador VVD de Rutte para limitar el flujo de solicitantes de asilo a los Países Bajos dividió su coalición de cuatro partidos, ya que dos partidos menores se negaron a apoyar sus propuestas.
Las tensiones llegaron a su punto álgido esta semana, cuando Rutte exigió el apoyo para una propuesta para limitar la entrada de los hijos de refugiados de guerra que ya están en los Países Bajos y hacer que las familias esperen al menos dos años antes de que puedan unirse. Esta última propuesta hizo que la pequeña Unión Cristiana decidiera abandonar la coalición del gobierno, desencadenando una crisis.
Un portavoz de la Unión Cristiana no pudo ser alcanzado de inmediato para hacer comentarios. Los Países Bajos ya cuentan con una de las políticas de inmigración más duras de Europa, pero bajo la presión de los partidos de la derecha, Rutte había estado tratando de buscar formas para reducir aún más el flujo de solicitantes de asilo.
Las solicitudes de asilo en los Países Bajos se incrementaron en un tercio el año pasado a más de 46.000, y el gobierno ha previsto que podrían aumentar a más de 70.000 este año, superando el máximo previo de 2015. Esto volverá a poner una presión en las instalaciones de asilo del país, donde durante meses el año pasado cientos de refugiados a la vez fueron obligados a dormir al aire libre con poco o ningún acceso a agua potable, instalaciones sanitarias o atención médica.
El año pasado Rutte dijo que se sentía “avergonzado” por los problemas, después de que el grupo de ayuda humanitaria Médicos Sin Fronteras enviara por primera vez un equipo a los Países Bajos, para ayudar con las necesidades médicas de los migrantes en el centro de procesamiento de solicitudes de asilo. Él prometió mejorar las condiciones de los centros, principalmente reduciendo el número de refugiados que llegan a los Países Bajos. Pero no logró ganar el apoyo de sus compañeros de coalición que sentían que sus políticas eran demasiado extremas.